No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo. No hagas nada que ponga en peligro la vida de tu prójimo. Yo soy Yahveh.
No dejéis que salga de vuestra boca ninguna palabra malsana, sino sólo lo que sea útil para edificar a los demás según sus necesidades, a fin de que beneficie a los que escuchan.
Los que se consideran religiosos y, sin embargo, no controlan su lengua, se engañan a sí mismos, y su religión carece de valor.
Hermanos y hermanas, no os calumniéis unos a otros. Quien habla contra un hermano o una hermana o lo juzga, habla contra la ley y la juzga. Cuando juzgáis la ley, no la guardáis, sino que os sentáis a juzgarla.
Un cotilla traiciona una confidencia, pero una persona de confianza guarda un secreto.
Con la boca los impíos destruyen al prójimo, pero mediante el conocimiento escapan los justos.
