Zagreb | Capítulo Uno de Nuestro Viaje por Europa

Cerrar nuestro apartamento de Split por última vez fue emocionante y un poco emotivo, y marcó el comienzo de nuestra siguiente aventura, cuando nos dirigimos a Zagreb. Nuestro viaje a la vibrante capital de Croacia estuvo lleno de giros inesperados, momentos divertidos y reflexiones sinceras.

Nuestro primer alquiler fue una enorme Ford Transit. Aunque prometía mucho espacio, resultó ser una pesadilla en Zagreb: aparcar cerca de nuestro hotel era casi imposible, y nuestros cachorros no se divertían. Sus caritas contaban la historia de un miedo incómodo mientras se retorcían en sus asientos. Al darnos cuenta de que necesitábamos un cambio, cambiamos rápidamente la Transit por un bonito coche deportivo rojo que hizo que explorar la ciudad no sólo fuera más fácil, sino mucho más divertido. Hay algo innegablemente encantador en desplazarse por Zagreb en un coche pequeño, con nuestros compañeros de cuatro patas felizmente sentados en el acogedor asiento trasero.

Al más puro estilo viajero moderno, equilibramos nuestra pasión por viajar con un poco de trabajo. Establecimos nuestra base nómada digital en el hotel, donde podíamos conectarnos y trabajar sin dejar de empaparnos del ambiente local. La mezcla de productividad y exploración nos recordó que la vida en la carretera tiene tanto que ver con el trabajo como con el juego, y que a veces ambos se combinan a la perfección.

Uno de los momentos más destacados de nuestra estancia fue un día de serenidad en el Parque Maksimir. Fundado en 1787 como el primer parque del sureste de Europa y originalmente en las afueras de la ciudad, el Parque Maksimir es ahora un exuberante oasis de 780 acres enclavado en Zagreb. Paseamos por sus senderos, maravillados por el cuidado paisajismo iniciado por el obispo Maksimilijan Vrhovac y posteriormente rediseñado por el obispo Juraj Haulik en 1839. Fue un momento de tranquila reflexión en una ciudad tan histórica como viva.

Alojarse a poca distancia de Trg Kralja Tomislava -donde se encuentra la impresionante estatua ecuestre del primer rey de Croacia- y de la Herradura Verde de Lenuci nos permitió recorrer a pie la encantadora Ciudad Baja. Cada adoquín y cada rincón de estas calles resonaban con el pasado de Zagreb, desde sus orígenes como dos centros urbanos distintos (Kaptol y Gradec) hasta su unificación en 1851 por Josip Jelačić.

Tras el reinado del rey croata Tomislav, que gobernó desde 910 como duque y de 925 a 928 como rey, Croacia no sería una nación soberana hasta la llegada del presidente Franjo Tudjman en 1992. Durante su reinado, Kralj Tomislav unió a los croatas de Dalmacia y a los eslavos de Panonia en un solo reino. Croacia tuvo su propio Parlamento (Sabor) desde 1273. Mientras estuvo sometida al imperio de los Habsburgo, que duró siglos y se derrumbó en 1918, Croacia disfrutó de cierta autonomía y tuvo su propia lengua oficial. Durante esta época, Croacia quedó bajo jurisdicción húngara. Durante más de un milenio, Croacia permaneció bajo la soberanía de potencias extranjeras. Pero muchos croatas siguieron buscando la plena autonomía.
- Frank Brozovich, Cónsul Honorario de Croacia, Presidente de CroatiaFest

Cuando nuestra estancia en Zagreb tocaba a su fin, nuestros planes de viaje dieron un giro inesperado. Originalmente habíamos reservado un tren nocturno con coche-cama privado de Zagreb a Stuttgart (Alemania), un plan que nos habría permitido descansar cómodamente y mantener seguros a nuestros cachorros. Sin embargo, pocos días antes de partir, nos enteramos de que el vagón privado había sido cancelado. Ante la necesidad de asegurarnos de que nuestros peludos amigos pudieran viajar seguros, decidimos alquilar un coche en su lugar.
Alquilamos nuestro primer Volvo, perfecto para nuestra nueva aventura. La diferencia era de la noche al día; los cachorros se adaptaron enseguida, disfrutando de los cómodos asientos y la suavidad de la conducción. Con nuestra nueva libertad en la carretera, añadimos una parada para pasar la noche en Salzburgo, un encantador desvío que nos permitió saborear una ciudad europea más antes de continuar nuestro viaje.

Zagreb, la ciudad más grande y capital de Croacia, está situada en el norte del país, cerca de la frontera con Eslovenia. Con una historia que se remonta a 1094, cuando un rey húngaro fundó una diócesis, la ciudad ha evolucionado a lo largo de los siglos, desde sus primeros días como dos centros separados hasta convertirse en la metrópolis bulliciosa y culturalmente rica que experimentamos. El arte, la arquitectura y el arraigado folclore de Zagreb son testimonio de la resistencia y el espíritu del pueblo croata, que ha conservado su identidad nacional durante más de mil años.

Nuestra estancia en Zagreb fue una mezcla agridulce de trabajo, exploración y cambio. Cuando nos preparábamos para marcharnos, llevábamos con nosotros no sólo los recuerdos de sus impresionantes parques, plazas históricas y calles acogedoras, sino también la alegría de superar pequeños contratiempos de viaje por el camino. Cada momento -desde cambiar una engorrosa furgoneta por un veloz coche deportivo hasta adaptar nuestros planes de viaje sobre la marcha- nos recordó que la carretera está llena de sorpresas, tanto desafiantes como hermosas.

Con el corazón lleno de gratitud y anticipación por lo que nos espera, nos despedimos de Zagreb, dispuestos a emprender la siguiente etapa de nuestro viaje por Europa. Y como siempre, nos llevamos un trozo de cada ciudad con nosotros, junto con las historias que hacen que nuestro viaje sea tan singularmente nuestro.

es_ESES
Scroll al inicio